Pepe Enguídanos, Albacete 1962

El misterio es un elemento clave en la obra de Pepe Enguídanos, tanto para quien la contempla como para el propio artista. Su arte nos invita a explorar lo desconocido, a reinterpretar continuamente los elementos que propone, buscando siempre algo más allá de lo visible. Para Enguídanos, el proceso de creación es un viaje lleno de incógnitas, donde las interpretaciones evolucionan y se transforman.

En sus pinturas, las figuras, los objetos, el color y el espacio aparecen como piezas de un rompecabezas que buscan el equilibrio. La estructura y la simetría son los puntos de partida de su proceso creativo, pero es el espectador quien tiene la última palabra. Enguídanos no nos entrega una respuesta cerrada; en lugar de eso, nos invita a completar la obra. Cada uno de nosotros construye su propia poética a partir de los elementos que el artista nos presenta.

El mundo que Enguídanos crea viene de los sueños, las iluminaciones, las pesadillas y las fantasías. Sus paisajes imaginarios parecen tejidos por hilos de hadas y arpías, tienen la solidez de las voces de sirenas y gárgolas, y la flexibilidad de la cuerda floja de un equilibrista. Con esa mezcla de elementos, Enguídanos nos invita a un juego arriesgado: a saltar, equilibrarnos y buscar ese equilibrio imposible, oa caer en el vacío. Nos aseguramos que la red está allí, pero no siempre sabemos si nos atrapará o nos dejará seguir cayendo.